Mucho se ha hablado acerca de si lo que
hoy llamamos pulp, o neopulp, son nuevos o viejos conceptos. Unos
dicen que no es necesario acuñar nuevos términos para referirse a
géneros literarios que tradicionalmente siempre han sido conocidos
como de aventuras, detectivescos, de terror y un
largo etcétera. Sin embargo, para evitar caer en la confusión, es
necesario definir los límites de un estilo que se abre camino con
fuerza entre muchos aficionados, cansados unos de sagas interminables
que pretenden resultar trascendentales y otros añorando simplemente
los tiempos en que las historias se contaban de otra manera mucho
menos afectada.
El neopulp no es un nuevo estilo de
escritura. Es una fusión de varios estilos ya conocidos.
El neopulp bebe de historias
fantásticas de todos los tiempos, una mezcla de
mitología y cultura popular, sumando a esto una nueva percepción
de las motivaciones de los personajes y sus necesidades emocionales.
El neopulp abarca los tópicos de la
escritura pulp: la superciencia ingenua de películas de serie B, el
diabólico cerebro criminal del hampa, el sherif solitario
contra una pléyade de forajidos, la joven que se debate entre el
amor por un misterioso desconocido y el respeto a su prometido, y los
dioses locos empeñados en la destrucción, y los examina de cerca,
en un intento de encontrar algo novedoso: una subversión, una
inversión, una yuxtaposición, una declaración acerca de la
condición humana.
El neopulp nace de un amor y admiración
por la naturaleza defectuosa de la cultura pulp; no es un ejercicio
de burlarse de los defectos de la trama y los personajes que son
endémicas del pulp. Este tipo de cosas son evidentes y se han hecho
hasta la saciedad. Más bien, el neopulp intenta crear un retrato
real y simpático de estos personajes y situaciones extrañas y
contradictorias.
El neopulp es más que el simple acto
lúdico de recrearse en iconos de la cultura popular por el bien del
humor y la nostalgia.
El neopulp fusiona la herencia de la
escritura romántica, realista, postmoderna y modernista

Los escenarios del neopulp consisten en
lugares realistas definidos en situaciones fantásticas. Evita la
tradicional ambientación plana, unidimensional, de la ficción pulp,
mientras que abraza todas las características que le son inherentes.
El neopulp toma lo que es bueno de la
pulp fiction (la acción, la tensión, el sentido de la
aventura y el peligro, la exploración de ideas extrañas y
fascinantes) y lo combina con lo mejor de la ficción contemporánea: comprensión sofisticada de la caracterización, la consciencia de
su propia evolución histórica y una manera selectiva de recurrir a
ella.
El neopulp se opone a la tendencia a
encasillar a la escritura dentro de un determinado tipo de género o
subgénero.
Es ampliamente aceptado que el neopulp tiene un
parecido sorprendente con el postmodernismo (próximo a ser entendido como una variante de la posmodernidad), pero su dialéctica está más
preocupada por la interacción entre la cultura y la contracultura
que por la interacción entre el pasado y el presente.

El neopulp trasciende los límites del género; asimismo trasciende las fronteras de medio.
El neopulp es divertido sin ser
estúpido.
El neopulp no está dirigido a un grupo
de edad específico.
El neopulp es para cualquier persona
que disfruta de la lectura.
Todos los manifiestos contienen en su
interior una serie de declaraciones. He aquí, pues, dos de estas afirmaciones que pueden asociarse libremente con el
neopulp, de acuerdo con lo expuesto por el experto Adam Ford:
«La
tendencia actual hacia la ficción “realista” ha encontrado hueco
en un público lector que simplemente busca el reflejo más exacto de
sí mismos en lo que leen. Este es un punto de vista intolerablemente
estrecho. El neopulp desafía la idea de que esto es todo lo que la
gente quiere. Estimula la imaginación y el sentido de la aventura,
el sentido del humor, el sentido de la diversión, la sensación de
asombro de una manera que está más allá de las capacidades de la
ficción “realista”».
«El
neopulp no es realismo, es irrealismo, súper-realismo... más exactamente, lucha
contra el realismo. No debería haber una línea divisoria entre el realismo y las representaciones irreales. Las etiquetas de
fantasía, ciencia-ficción, romance y demás se agrupan
unificadas bajo la bandera del neopulp».
Algunos intentos de definición:

como zombis, vampiros, asesinos en serie y casas encantadas.
• La fantasía no es neopulp, aunque
algunos elementos de la fantasía están presentes en el neopulp, como
la magia, dioses, personajes mitológicos y ciertos arquetipos de
personajes como el guerrero o el brujo.
• La ciencia ficción no es neopulp,
aunque algunos elementos de la ciencia ficción están presentes en
el neopulp, tales como la tecnología avanzada. Por ejemplo, los
robots, la clonación, dispositivos de teletransportación) y razas
alienígenas.
• El realismo no es neopulp, aunque
algunos elementos propios del realismo están presentes en el neopulp, tales
como las representaciones sofisticadas de los perfiles psicológicos
de los personajes, y aspectos de la vida mundana. Por
ejemplo: la necesidad de empleo, el ansia de diversión, el marco sociocultural donde transcurre la acción, la coherencia narrativa de las acciones y sus consecuencias (aunque partan de supuestos muy locos), etcétera.
• Lo más importante: el neopulp no
es una sátira. El surgimiento del neopulp está viciado de muchas maneras, no lo vamos a negar. El acto de señalar estos defectos sería un
asunto fácil y redundante. En su lugar, el neopulp intenta responder
a estos errores de una manera diferente, utilizándolos como la base
de una reinterpretación de convenios de la pulp fiction que
simpatiza con sus protagonistas, más allá de utilizar el cinismo o la crítica despectiva.
Algunos ejemplos de autores neopulp
incluyen a Barry Reese en los EE.UU., creador de personajes como
Lazarus Gray y Gravedigger. En el comic las referencias son muy
numerosas, pero dejad que recomiende encarecidamente el Madman deMike Allred o Sin City, de Frank Miller.
En España, gozamos de una variada
oferta, de la mano de editoriales como Dlorean (la saga de La Garra, La máquina del Juicio Final, El Dirigible, Vindius guerrero del norte), y el sello Arachne (Crónicas de Mundo Guerra, la saga weird noir de Sangre bajo la luna, En las garras del Doctor Satán, Caza humana en San Francisco). También cabe destacar la difunta NeoNauta Ediciones (Estatuas de Venus, Amadís y el rayo de hierro, Hundara la rebelde), la extinta Tyrannosaurus Books (Laguna negra, Cara de muerto) o Pulpture (sobre todo con la desaparecida revista Ánima Barda). Todas tienen su toque
distintivo y aportan nuevos conceptos bajo la misma premisa:
entretenimiento sin más pretensiones, pero de calidad. Los aficionados españoles estamos de enhorabuena: podemos disfrutar de una muy digna producción propia, con nuevos autores comprometidos con la filosofía que impregna el neopulp, dispuestos a hacer volar la imaginación de lectores sin prejuicios.
Puedes comprar En las garras del Doctor Satán, un buen ejemplo de todo lo anterior, en el siguiente enlace:

Adaptación libre del NeoPulp
manifesto de Adam Ford. Puedes leer el texto original en el siguiente
link:
muy buen artículo!
ResponderEliminar¡Gracias, compañero!
EliminarMuy buen artículo, ameno y esclarecedor.
ResponderEliminarSaludos!
Un abrazo, compañero. ¡Nos leemos!
EliminarExcelente artículo o post, hay que hacer un podcast del Neopulp también jejejeje
ResponderEliminarInteresante. Escribí un libro de cuentos y resulta que es de género neopulp.
ResponderEliminarhttp://www.elindependientedehidalgo.com.mx/2015/08/288855
Interesante. Escribí un libro de cuentos y resulta que es de género neopulp.
ResponderEliminarhttp://www.elindependientedehidalgo.com.mx/2015/08/288855
Interesante. Escribí un libro de cuentos y resulta que es de género neopulp.
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