martes, 2 de julio de 2013

"Elantris", de Brandon Sanderson: fantasía sin arquetipos

En el año 2005 irrumpió en el panorama de la literatura fantástica un joven y prometedor autor estadounidense que suscitó comentarios muy elogiosos por su particular forma de tratar el género, alejándose de todos los clichés de que adolece. Profesor de escritura creativa, conoce muy bien la fórmula que se repite desde tiempos inmemoriales en este tipo de narraciones, salvo honrosas excepciones, que también las hay. Después de varios años leyendo obras de high fantasy, uno tieme la sensación de que siempre aparecen los mismos personajes pero con distinto nombre, algo así como ir a ver una película e ir reconociendo a los actores uno a uno de otras películas. Estas fórmulas han repartido jugosos dividendos durante los años porque es cierto que hay interés por parte de un gran sector del público hacia este tipo de novelas (algunos lo han comparado con las del oeste) y además generan cantidad de merchandising con sus adapaciones al cine, cómic, muñecos, pósters y demás parafernalia. También es cierto que muchas de estas obras no alcanzan grandes niveles de calidad y que una vez leída una, las demás se leen con "el piloto automático" en su mayoría, porque han perdido su capacidad de interesarnos o causarnos esa "sensación de maravilla" a fuerza de tanto repetirse. 


De ese modo, Brandon Sanderson supone un cambio de aires en el género fantástico. Su ópera prima, Elantris, es el buque insignia de otras novelas que ha publicado después, a un ritmo incansable: la trilogía Nacidos de la Bruma, El aliento de los dioses, El camino de los reyes (es el primero de una serie que promete ser larga), además de algunas obras juveniles que serán adaptadas al cine por Pixar y una novela de saborcillo steampunk a modo de secuela lejana de Nacidos de la Bruma, de la que anuncia escribirá otra trilogía, esta vez ambientada en el futuro. Vemos aquí una de las diferencias respecto al grueso de autores de fantasía: sus mundos evolucionan tecnológica y socialmente con el tiempo, nunca permanecen inmóviles.

En la ciudad de Arelon, situada en un mundo fantástico de corte medieval, se extiende una plaga que afecta de amnera indiscriminada a nobles y plebeyos. Los que la sufren, se transforman sin previo aviso en muertos en vida, cuyo corazón no late ni son capaces de respirar, pero sí pueden sentir el dolor de unas heridas que una vez abiertas nunca se curan (estoy hablando en sentido literal). Los afectados son desterrados a Elantris, la ciudad de los dioses, unas ruinas malditas rodeadas por una muralla donde avanzan poco a poco hacia la locura. Cuando la princesa Sarene de Teod acude a la corte para conocer al príncipe de Arelon con el que se ha casado para unir sus casas, descubre que éste ha muerto recientemente. Condenada a vivir en una corte hostil, donde todos o casi todos la ignoran, sospechará que le están escondiendo la verdad. Mientras, el príncipe, afectado por la muerte en vida, tratará de llevar el orden a las calles de Elantris. 
En esta novela no tiene lugar ningún viaje (Arelon y Elantris están bastante próximas) ni ninguna batalla como tal. En cambio, el principal atractivo son los personajes tan reales que sus razonamientos y reacciones nos parecen lógicos. La inteligencia y agudeza mental de la princesa la convertirá en un personaje difícil de olvidar. En definitiva: hay que leer esta novela.

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