martes, 20 de octubre de 2015

Historias de sangre bajo la luna. Y Jeff Ryans es...

Durante el tiempo que tuve la suerte de colaborar en labores editoriales dentro del equipo de Pulpture aprendí muchas cosas. Corrección de textos, asesoramiento de nuevos autores, valoración de manuscritos... Frecuentemente se aprende más de los malos que de los buenos. Por eso, cuando tuve el manuscrito de Natividad de sangre entre manos, supe desde el primer párrafo que me encontraba ante algo especial. Dejé el lápiz y el rotulador rojo a un lado, me acomodé en la butaca y, simplemente, disfruté de una buena lectura.
En esa etapa también conocí a un buen grupo de autores noveles, entre los que pude distinguir a algunos que poseían esa preciada cualidad que me gusta llamar la chispa: ese algo intangible que el ojo entrenado sabe captar al vuelo y que está pidiendo a gritos una oportunidad para sacar todo su potencial. Por eso, a la hora de reunir al grupo de trabajo que habría de continuar la saga de Lem Ryan, Sangre bajo la luna, tuve claro que la primera opción tenía que ser Jorge Del Río. Pocas veces se puede ver una progresión tan meteórica en apenas algo más de un año, desde que se colara casi de penalti en la antología de espada y brujería Conjura (confieso que yo era partidario de dejar fuera su relato, que no terminó de gustarme) hasta el día de hoy. Y es que Jorge Del Río está llamado a convertirse en un sólido valor del neopulp en castellano, o me como el sombrero crudo. 
Sí, a estas alturas ya sabrás, sagaz lector, que Jeff Ryans no es otro que Jorge Del Río, argentino ejemplar y mejor persona. Pero dejemos que se exprese él mismo, con sus propias palabras.

Planeta Neopulp: ¿Cómo te decidiste a empezar a escribir? ¿Cuáles son tus principales referencias?

Jorge Del Río
Jorge Del Río: En verdad, escribo desde la infancia. Aprendí a leer y escribir a una muy temprana edad (4 años, supongo que gracias en parte a que no había videojuegos) y siempre me apasionaron las historias. Empezando por los cómics y las novelas de aventuras (Salgari, Haggard y Stevenson, más que nada), lo cierto es que siempre he sido un lector voraz, y la escritura surgió como una consecuencia inevitable de esa misma pasión. De escribir las historias que me gustaría leer. Sobre mis referencias, son muchas y muy variadas: desde Salgari y compañía, exponentes del pulp clásico como Robert Howard y Edgar Burroughs, pasando por los maestros del género negro como Hammett y Ellroy hasta referentes más modernos como Dennis Lehane. Y por supuesto, Stephen King y Michael Crichton. Tipos que no se pierden en vuelos filosóficos, y que saben cómo contar una buena historia.


P.N.: Parece que últimamente la gente lee menos. Como padre que eres, ¿crees que es importante incentivar la lectura entre los más pequeños de la casa?

J.D.R.: Por supuesto. Si bien es duro competir con la TV o los videojuegos, yo creo que la lectura estimula la imaginación de una manera que no puede compararse con otros medios. Eso, además de otros beneficios más «académicos», como enriquecer el vocabulario, mejorar la capacidad de redacción y la ortografía… la lectura es como el ejercicio, sólo tiene consecuencias positivas para nosotros, a corto, mediano y largo plazo.

P.N.: Se nota, por tus escenas de acción, que practicas algún arte marcial. Cuéntanos algo de esta experiencia y si crees que te ha servido para escribir mejor.

J.D.R.: Si hay un solo deporte en el que me he destacado medianamente ha sido en las artes marciales, jaja. Empecé a los 8 años con karate, obtuve mi primer cinturón negro a los 15 y mientras estudiaba en la universidad me dediqué al full contact y kick boxing, compitiendo en distintas modalidades con algo de éxito. Y aun ahora, más cerca de mis 40 que de mis 30, practico MMA, liándome a golpes tres veces por semana con muchachos mucho más jóvenes que yo. Sacando el daño cerebral ocasionado por los golpes (jeje), sí, yo trato de aplicar mis conocimientos a las escenas de acción de mis historias, diagramándolas mentalmente como una coreografía. Tengo un estilo muy visual, también influenciado por mi afición al cine.

P.N.: Vives en Argentina, pero eres más conocido en España que allá. ¿Nadie es profeta en su tierra? ¿Cómo ves el panorama de la literatura fantástica en Argentina?

J.D.R.: En Argentina he publicado ya en dos ocasiones en «Axxón», una revista de ciencia ficción, fantasía y terror hecha a todo pulmón y con mucho profesionalismo. Quizás peco de ignorante pero, sacando honrosas excepciones (como la excelente «Saga de los Confines» de mi compatriota Liliana Bodoc) no veo mucha actividad dentro del género en mi país. Y eso que contamos con muy buenos escritores, pero creo que el problema está en el mercado, no en la oferta.


P.N.: Eres uno de los elegidos para continuar la saga de Sangre bajo la luna. ¿Te has visto cómodo dentro del género negro? ¿Qué significa para ti haber trabajado con un icono de la literatura popular como Lem Ryan?

J.D.R.: Sí, la verdad es que me he sentido muy cómodo escribiendo en este tipo de género, más aun tratándose de una historia ambientada en los 80s, mi década favorita de la historia de la humanidad, jaja. Confieso haber descubierto recientemente a Lem Ryan, junto con Curtis Garland (llegaban bolsilibros a Argentina cuando era niño, pero sólo recuerdo leer más que nada historias del Oeste y alguna que otra de terror). Ahora me estoy poniendo al día, ya he leído la excelente Cazadores de vampiros y sigo con la saga del bárbaro Katham. Para mí es un honor estar compartiendo páginas con un maestro como Lem Ryan, todo un referente dentro del pulp en español.

P.N.: ¿Te ha resultado fácil escribir dentro de un grupo de trabajo? ¿Prefieres esta modalidad, o en cambio eres de los que cabalgan mejor en soledad?

J.D.R.: Stephen King dijo una vez que escribir una novela era un trabajo arduo y solitario, «como cruzar el Atlántico a remo dentro de una bañera», o algo así. Trabajando en equipo, al menos, ya no es tan solitario. Y resulta motivador compartir personajes, ideas, opiniones y ver cómo todo va tomando forma, cómo se concatenan los engranajes para formar algo mucho más grande… es genial. A pesar de todo el trabajo que supone, no veo la hora de volver a encarar otro proyecto en conjunto.

P.N.: Hablando de cabalgar, recientemente has desembarcado en Dlorean con un serial dentro de su universo Weird West, que se publica de forma gratuita en su web. ¿Te veremos por allí de forma asidua, o ha sido un ligue de una noche?

J.D.R.: Eso también habría que preguntárselo a ellos, jaja. Me entusiasma publicar un serial de Weird West con la gente de Dlorean (basado en una idea sugerida por mi hijo Ezequiel) y me encantaría poder seguir publicando dentro de ese universo.

P.N.: Diste tus primeros pasos editoriales en Pulpture, tanto en sus antologías como en su revista Ánima Barda. ¿En qué medida te ha servido esta experiencia para mejorar como escritor?

J.D.R.: En un cien por ciento, algo de lo que sin duda estás al tanto. No sólo es un placer trabajar con gente tan agradable y profesional como Jorge Plana y Cris Miguel, sino que con cada una de sus correcciones aprendí a pulir mucho mi narrativa.. (Agradezco en particular a Cris y sus amenazas de muerte, gracias a las cuales aprendí a utilizar los guiones de diálogo como Dios manda).
Ken Bryan es uno de los seudónimos utilizados en la antología, en este caso por mí, Julio M. Freixa.


P.N.: He tenido el honor de ser el primero en leer tu novela para Historias de sangre bajo la luna, que desde mi punto de vista es excelente y trasciende las barreras del género weird noir. ¿Qué les dirías a quienes se están pensando si participar en el crowdfunding o no? ¿Por qué deberían invertir 15 eurillos en una compilación (de alrededor de 500 páginas) de escalofriantes historias de terror con tono policíaco?

J.D.R.: Primero, muchas gracias por tu valoración, ya sabes lo mucho que significa para mí. ¿Por qué deberían invertir en el crowdfunding? Porque cada una de las historias que saldrán en ese libro valen la pena y merecen ser contadas. Desde la reedición del clásico de Lem Ryan Sangre bajo la luna, pasando por la tuya, la de José Antonio Herrera y (modestia aparte) también la mía, titulada Natividad de sangre y ambientada en la ciudad de Nueva York, a fines de Diciembre de 1985. Son todas historias ágiles, muy entretenidas, que te atrapan y no te sueltan hasta el final. De las otras dos historias que componen el tomo me han dicho que no diga nada, bajo pena de muerte, porque es todavía secreto. Con una ambientación tan atractiva como es la Gran Manzana en los 80s (la misma de «Los Inmortales» y «Manhattan Sur» entre muchas otras), con una combinación explosiva entre policial negro, terror y película de acción, pienso que son historias que no defraudarán a sus lectores.

P.N.: Jorge, como siempre ha sido un placer poder hablar contigo. ¿Hay algo que quieras añadir antes de despedirnos?


J.D.R.: El placer ha sido mío. Sólo quiero animar a los lectores y mecenas potenciales, a que participen del crowdfunding y que adquieran el libro. Tal como las pelis de la misma década en la que está ambientado, el entretenimiento está garantizado.

Para ir al crowdfunding, pincha en el banner de la parte superior derecha, o en el siguiente enlace: http://www.verkami.com/projects/13060-lem-ryan-presenta-historias-de-sangre-bajo-la-luna

1 comentario:

  1. La verdad es que me gusta mucho el estilo de Jorge, aunque por ahora solo he leído relatos suyos pertenecientes a Pulpture y Ánima Barda. Estoy deseando leer su novela, sobre todo después de esta entrada. Me gusta mucho lo que cuentas de su evolución, la verdad es que tener que cumplir una fecha de entrega y tener el apoyo de Jorge y Cris hace crecer mucho :)

    ¡Saludos!

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